Los juegos, cada vez más, se están convirtiendo en potentes plataformas de marketing. ¿Quién no ha recibido en algún momento una invitación para Farmville, Candy crush o una aplicación similar?

¿Quién no se ha bajado una aplicación de juego en su móvil en la que se podía jugar tanto de forma offline como online?

Y sobre todo en la actualizada, ¿quién no ha visto un stream durante horas para empaparte del juego que siempre has querido?

Detrás de su finalidad de entretenimiento, el Social Gaming es un modelo de negocio basado en el networking y la diversión. Por esta vía las empresas pueden promocionar productos y desarrollar una parte de su estrategia de comunicación y estrategia de marketing.

Los juegos son experiencias positivas y en el caso de los Social Games logran crear comunidades 2.0 en las que las marcas pueden fomentar su reconocimiento, asociando su nombre a ellas de forma poco intrusiva y lúdica.

Las empresas pueden dar visibilidad a sus marcas y productos de forma concreta, insertando publicidad en el juego/stream, haciendo referencias explícitas a ellos o regalando (o vendiendo) artículos o servicios en el juego, válidos en la vida real.

Los Social Games tienen varias ventajas sobre cualquier otro medio, entre otras, el elevado tiempo de contacto entre la marca y el potencial cliente y el hecho de basarse en redes sociales, donde la segmentación del target es tan precisa y monitorizable, permite apuntar a potenciales clientes muy receptivos y predispuestos.

El auge de los Smartphones también ayuda en este desarrollo, ya que las conexiones se llevan en el bolsillo, a cualquier lugar.